Juan Carlos

Natural de Tarancón, un pueblecito de la provincia de Cuenca en La Mancha. De la misma tierra que Don Quijote, al igual que a él, le apasionó desde muy joven la literatura y la historia. Así pues, decidió dedicarse a ello. Se licenció en historia en la Universidad de Alcalá de Henares donde descubrió el fascinante mundo de la arqueología, que le llevó hasta la ciudad de Granada. Allí continuó formándose y logró descubrir su verdadera vocación: enseñar y dar a conocer el valor que tiene la historia y la importancia del patrimonio que la mantiene viva.

Como manchego de pura cepa es un apasionado del buen vino (dice que en Francia hay vinos, casi tan buenos como los de su tierra). Entre sus vicios confesables está el consumo de literatura histórica, la música en directo y las buenas conversaciones. Además, le apasiona viajar y descubrir nuevos lugares, sobre todo si es con la compañía de buenos amigos.

Conoció París en una breve visita y fue todo lo que necesitó para enamorarse irremediablemente de sus calles, de sus barrios, de sus plazas y sobre todo de su historia, tanto, que no tardó en volver para quedarse. Su sonrisa franca y carácter afable son contagiosos. En sus tours, una de sus prioridades es acercar la historia y la cultura a todos los públicos, con rigor, pero de manera amena y divertida. Como él mismo suele decir: “La historia puede ser apasionante, y muy divertida, si te la saben contar bien”.